“Estamos a punto de entrar en una era post-antibiótico en el que las infecciones comunes pueden matar” Llamado a la Acción
La resistencia antimicrobiana (RAM) es una crisis de salud pública que atenta contra la eficacia de nuestro arsenal medicinal y amenaza con devolvernos a una era donde las infecciones triviales podrían ser nuevamente mortales. Según proyecciones, la RAM podría ser responsable de 10 millones de muertes anuales para 2050, un número que supera las muertes actuales por cáncer. Pero más allá de las estadísticas, la RAM representa un desafío complejo que incide directamente en la economía global, con un impacto estimado de hasta 3.4 trillones de dólares anuales después de 2030.
El problema de la RAM se origina en la habilidad de organismos como bacterias, virus, hongos y parásitos para adaptarse a los medicamentos que empleamos para combatirlos. Esta adaptación resulta en infecciones más difíciles de tratar, elevando el riesgo de enfermedades graves y de muerte, y aumentando la probabilidad de que estas enfermedades se propaguen más ampliamente.
Desde la aparición del primer antibiótico, los especialistas en enfermedades infecciosas han observado la RAM con preocupación. Ya en 1945, Alexander Fleming advirtió sobre los peligros de la automedicación y el uso incorrecto de antibióticos, profetizando que estos hábitos erróneos educarían a los microbios para resistir la penicilina y otros antibióticos. Su advertencia, desafortunadamente, no ha sido suficientemente atendida. El abuso y uso indebido de estos medicamentos en humanos, animales y plantas ha propiciado un incremento en la resistencia, exacerbado por un estancamiento en el desarrollo de nuevos antibióticos y mecanismos de acción desde los años 70.
El cambio climático ha añadido una nueva dimensión al problema, ya que ha permitido a los vectores de enfermedades expandirse a nuevas geografías. Un estudio reciente en "Nature Climate Change" reveló que el cambio climático ha influido negativamente en el 58% de las 375 enfermedades infecciosas analizadas, permitiendo que enfermedades como el dengue y el cólera encuentren nuevos territorios para prosperar.
Con la próxima Asamblea General de la ONU sobre la RAM en 2024, es urgente garantizar que los legisladores tengan el conocimiento y los medios necesarios para implementar acciones legislativas efectivas. La respuesta a esta demanda crítica se manifiesta en la colaboración entre UNITE (de la que formo parte) y la OMS, realizando ayer un seminario web sobre la RAM, destacando el impacto profundo de la RAM y las iniciativas existentes y futuras para combatirla.
Como legislador mexicano, presenté nuestras incipientes experiencias legislativas hacia la contención de este fenómeno global. La Estrategia Nacional de Acción Contra la Resistencia a los Antimicrobianos del Consejo de Salubridad General y las modificaciones recientes al acuerdo de 2018 reflejan la voluntad de México de alinearse con los compromisos internacionales y reforzar el uso responsable de los antimicrobianos y el progreso legislativo es un testimonio de esta determinación.
La recientes iniciativas de reformas a la Ley General de Salud que presentamos en el PAN en consenso con Morena, PRI, y MC, fue aprobada por la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, busca establecer las bases legales para una lucha efectiva contra la RAM. La propuesta legislativa enfatiza la prevención y el control de la RAM y las infecciones asociadas al cuidado de la salud, delineando las responsabilidades de las autoridades competentes.
México está marcando el camino no solo cumpliendo con las obligaciones internacionales, sino también buscando ser pionero en la instauración de una legislación enfocada y efectiva para enfrentar la RAM. Este esfuerzo legislativo es crucial para garantizar políticas públicas que impidan el uso inadecuado de antibióticos y promuevan prácticas de higiene óptimas tanto en el entorno sanitario como en la cadena alimentaria.
La presencia de antibióticos en aguas residuales y la creciente resistencia en patógenos causantes de infecciones comunes son claros indicadores de la urgencia de esta legislación.
La esperanza está puesta en el proceso legislativo en marcha, que aunque está en sus etapas iniciales, promete dotar al país de una herramienta legal potente en la lucha contra la RAM. Con estas acciones, México no solo se posiciona como líder en la respuesta a un problema de salud global, sino que también protege a sus ciudadanos y contribuye a un futuro más saludable para todos. El reto a vencer es la asignación presupuestal a la que siempre se resiste la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Mientras aguardamos la implementación de esta legislación, es imperativo que todos los sectores involucrados —salud, agricultura, medio ambiente— trabajen unidos para educar, implementar y reforzar las medidas necesarias para minimizar la amenaza de la RAM. La salud de las generaciones futuras depende de las decisiones y acciones que tomemos hoy. Con un compromiso firme y una acción coordinada, podemos enfrentar la amenaza de la RAM y asegurar un mañana más saludable para México y el mundo.