“En la Salud y el Dinero nunca tenemos una idea real de su valor, hasta que los perdemos”
Para el año 2024, el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) contempla un aumento de 94,206.7 millones de pesos en la asignación para la Función Salud. Esto representa un alza del 5.8% en términos reales en comparación con el presupuesto aprobado para 2023.
Pese a que el gobierno actual, surgido de MORENA, ha declarado que su enfoque prioritario en salud es atender a la población sin seguridad social, predominantemente la más desfavorecida económicamente, los números del presupuesto muestran una realidad diferente. La mayor parte del incremento presupuestario favorecerá a aquellos que ya poseen seguridad social.
Un cambio significativo es la reducción en el Ramo 12 Salud destinado a la población no asegurada, que sufrirá un recorte de 113,713.2 millones de pesos, lo que significa una disminución real del 58.7%. Como resultado, la Secretaría de Salud operará en 2024 con menos de la mitad del presupuesto de 2023. La justificación presentada es que estos recursos serán realocados al IMSS-BIENESTAR, una entidad descentralizada y no sectorizada al sector salud.
Después de cinco años de mandato y reconociendo el fracaso de su política de salud previa, el gobierno busca centralizar los recursos del PEF para la atención de la población no asegurada dentro de esta nueva estructura. Sin embargo, no hay garantías de que los más de 127 mil millones de pesos asignados para 2024 resulten en una atención médica de calidad que incluya acceso a estudios clínicos y medicamentos gratuitos para todas las enfermedades de los más de 70 millones de personas motivo de su existencia.
A esto se suma una reforma reciente a la Ley de Coordinación Fiscal, aprobada por MORENA y sus aliados, que retirará a las entidades federativas que firmaron el convenio de federalización de los servicios de salud, los fondos correspondientes al Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA), que ascienden a más de 110 mil millones de pesos, para asignarlos directamente al IMSS-BIENESTAR.
Dentro del Ramo 12 Salud de la Secretaría de Salud federal, se observan disminuciones significativas en programas clave como el S200 Fortalecimiento a la atención médica, que pierde 881.7 millones de pesos; el programa E023 Atención a la Salud, con un recorte de 30,451.9 millones de pesos; y el programa P018 Prevención y control de enfermedades, con una merma de 39.4 millones de pesos. Estos recortes tendrán un impacto negativo en las iniciativas financiadas por estos programas.
Los burócratas también sentirán el impacto de los ajustes presupuestarios en salud, ya que el Ramo 51 ISSSTE enfrentará una disminución de 3,874.7 millones de pesos, lo que equivale a un recorte del 9.2% en términos reales. Esto probablemente deteriorará la calidad de los servicios de salud que el ISSSTE ofrece a sus afiliados y sus familias.
Por otro lado, se registra un incremento en el Ramo 19 Aportaciones a la Seguridad Social de 13,731.2 millones de pesos, un 19.2% real; y el Ramo 50 IMSS observa un aumento de 59,441.2 millones de pesos, lo que representa un alza del 9.7% en términos reales.
Ahora, para evidenciar el fracaso del sistema público de salud en 2022, ponemos el ojo en las cuentas satélites del sector salud del INEGI ahora estimados lectores.
Participación de los Hogares en la Salud. Durante el año 2022, los hogares en México realizaron un desembolso directo de 671 mil millones de pesos para satisfacer sus necesidades sanitarias, sin incluir el valor del trabajo no remunerado. En el mismo periodo, el Trabajo No Remunerado en Salud (TNRS) alcanzó un valor de 240 mil millones de pesos. En conjunto, el aporte monetario y el valor del trabajo no remunerado dedicado a la salud por los hogares sumó 911 mil millones de pesos. Esta cifra constituyó el 33.5% del total de bienes y servicios de salud disponibles.
El consumo de bienes y servicios de salud por parte de los hogares en 2022 se enfocó mayoritariamente en la adquisición de medicamentos y otros artículos relacionados, representando el 42.6% del gasto total. A su vez, los servicios de apoyo, que incluyen elementos como las primas de seguros médicos, constituyeron el 20.2% del gasto.
Los hogares también proporcionan cuidados de salud sin recibir remuneración. Esta labor se realiza tanto de manera directa, al cuidar a los miembros de la propia familia y a individuos de otros hogares, como de manera indirecta, al ofrecer atención a través de instituciones sin fines de lucro. Al evaluar la cantidad de horas y el valor económico del trabajo no remunerado en salud, se revela que los cuidados se concentran esencialmente en la asistencia especializada a miembros del propio hogar y en el cuidado de personas enfermas pertenecientes a otros hogares