"Tabaco, embarazo y talla de nuestros niños"
Cuando hablamos del tabaquismo pensamos en pulmones enfermos, infartos, cáncer. Pocas veces pensamos en centímetros: en la estatura que no alcanza un niño porque, antes de nacer o en sus primeros años de vida, respiró humo de tabaco. La nueva revisión de la Organización Mundidal de la Salud (OMS) sobre tabaco y retraso en el crecimiento (stunting) pone el dedo en la llaga: el humo activo o de segunda mano se asocia con bajo peso al nacer, restricción del crecimiento fetal y partos prematuros, predictores robustos de talla baja a los dos años. La relación es dosis-respuesta, a mayor exposición, mayor daño. Y dejar de fumar durante el embarazo mejora los resultados.
¿Por qué importa? Porque la talla no es un capricho. El “stunting” refleja una historia de privaciones biológicas y sociales que se traduce en más infecciones, menor desarrollo cognitivo y menor productividad en la adultez. La OMS ha propuesto reducir 40% el número de niñas y niños con talla baja; sin cortar el humo del hogar, trabajo, transporte y espacios públicos, esa meta se aleja.
Los mecanismos son conocido pues el humo del tabaco contiene más de 7,000 químicos, al menos 69 carcinógenos, genera inflamación y estrés oxidativo que lesionan placenta y tejidos en formación. La nicotina y otras sustancias alteran rutas epigenéticas y el intercambio de oxígeno y nutrientes. No es ideología, es biología.
La evidencia de políticas también es clara. Países que adoptan leyes 100% libres de humo y estrategias integrales reducen hospitalizaciones por síndrome coronario agudo, bajan la exposición a humo ajeno y disminuyen el consumo. El paquete para monitorear, proteger, ofrecer ayuda para dejar, advertir, hacer cumplir la prohibición de publicidad y elevar impuestos (MPOWER) de la OMS sigue siendo la columna vertebral de una respuesta eficaz.
Como médico y salubrista, pero también como legislador autor de la Ley General para el Control del Tabaco, veo tres planos de acción complementarios: 1) El Hogar. No hay “poquito” humo seguro. Si estás embarazada, no fumes y no permitas que fumen en casa. Si alguien fuma, que lo haga siempre fuera del hogar y nunca en autos (menos con niñas y niños a bordo). La exposición de la madre al humo de segunda mano durante el embarazo se asocia con bajo peso al nacer y restricción del crecimiento, y con estaturas persistentemente menores en los primeros cinco años.
2) Los servicios de salud. El embarazo es una “ventana de oro” para intervenir. La consejería breve, la terapia de reemplazo de nicotina (cuando esté clínicamente indicada), y el acompañamiento conductual funcionan; dejar de fumar durante el embarazo mejora el crecimiento infantil. Necesitamos que cada en control prenatal pregunte, detecte y trate consumo activo y exposición en el hogar.
3) Las políticas públicas. Las leyes importan, y su ejecución también. Espacios 100% libres de humo y emisiones de vapeadores, advertencias fuertes y precios altos salvan vidas y, como muestra la evidencia, mejoran resultados de salud poblacionales. Reforzar MPOWER es proteger a la niñez antes de nacer
Vapear no es la salida durante el embarazo. Los dispositivos electrónicos no son inocuos y no son alternativa segura en gestación. Se han asociado con parto prematuro y bajo peso; en modelos animales, la exposición nicotínica por vapeo afecta desarrollo óseo y pulmonar. Si estás embarazada, no fumes, no vapees, no uses tabaco calentado.
Reducir la talla baja infantil no es sólo suplementar hierro o mejorar el agua potable —todo eso es vital—; también es limpiar el aire que respiran madres y bebés. La ciencia ya hizo su parte explicando los mecanismos, midió riesgos, demostró qué políticas funcionan. Ahora nos toca hacer la tarea en casa, cumplir la ley y acompañar a las familias.
Como Secretario de la Comisión de Salud en la Cámara de Diputados, impulsaremos que toda unidad de atención materno-infantil integre consejería sistemática de cesación del tabaquismo, que los estados refuercen la verificación de espacios 100% libres de humo, incluyendo emisiones de cigarrillos electrónicos, y que la política fiscal mantenga el tabaco fuera del alcance económico de niños y adolescentes. Eso no sólo previene cánceres y cardiopatías más adelante; también evita centímetros de pérdida hoy.
Termino con una certeza aprendida en el consultorio y en el Congreso, no hay gesto más amoroso que cuidar el aire. Si en tu casa hay un embarazo o un recién nacido, te propongo un pacto: ni un cigarro, ni un vapeo, ni un humo dentro. Ganamos todos; sobre todo, gana alguien que aún no puede defenderse.